Mi mochila, mis poemas y yo

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En esta foto de Óscar Cantareo, no recuerdo el año, estaba saliendo de estudiar Periodismo.

Por Vilma Duarte

«Tiempo: ¿Dónde estamos tú y yo?» (Alfonso Cortez)

Aún no sé si debo estar aquí, pero las circunstancias de «este sistema de cosas», como la falta de oportunidades en el campo laboral, me obligaron a aterrizar en el aeropuerto de Fourlaudardale, de Florida, USA, una mañana del 19 de Julio; cuando otrora, muy feliz, festejaba los aniversarios de la revolución popular en mi país. Nicaragua queda de fiesta, como celebrando mi partida. En dos horas de tiempo y espacio mi vida dio un giro de 180 grados.

Una ciudad inmensa y desconocida aparece bajo mis pies y debo andarla, sojuzgarla. Estoy en Miami, la ciudad del Sol, donde los rascacielos son un señuelo para el turista. Con mis poemas en la mochila, me adentro en la ciudad a través de sus autopistas en un ambiente fiestero, salsero, bachatero, donde la gente parece vivir «el sueño americano».

La fachada de turista se devela. Como inmigrante debo buscar empleo para financiar mi estadía. Los diarios locales y Craigslist fueron mi guía para ésta búsqueda. Me encontré con este anuncio: «necesitamos muchachas de buena presencia». Pero mi hijo me hace recordar que hace rato no soy tan muchacha. Empecé a gestarme en el vientre de la ciudad, como una extraña madre que me adopta, pero tiene poco que ofrecerme. Con un estilo de vida nómada, viviendo de un lugar a otro, en casa de familiares. Aprendí que la convivencia es lo más difícil.

Manos a la obra

El mal de patria me acechaba. Nunca extrañé tanto a mi madre -quien a los tres meses de estar aquí murió- como en esta ocasión. Ya nos habíamos despedido en silencio. Esta noble y admirable mujer supo sortear la vida con humor. Sus consejos fueron una premonición. Me dijo que si algún día no tenía trabajo, hiciera nacatamales para vender. Nunca pensé necesitarlo. Incursioné en el arte culinario de la comida típica nicaragüense con una visión innovadora, preparando la masa con aceite de oliva en vez de manteca de cerdo -como es la costumbre-, pensando en la salud de quienes consumieran los «nicatamales», como los bautizó una clienta. A este menú, se agregaron otros platillos como el baho, el vigorón y la carne asada con gallo pinto. Una exquisitez al paladar de la familia y amistades quienes devotamente llegaban a comprar los fines de semana a la casa móvil donde vivía.

En ocasiones pensé que había olvidado las 5 W del periodismo y, que mi talento de escritora se había diluido con los problemas domésticos. Mi libreta y mi pluma nunca se apartaron de mi mano. En la calle 8 vi un cartel que anunciaba, el Tercer Festival Grito de Mujer. Tomé los datos y envié mi poema «Resurrección» que esboza la violencia contra la mujeres. De repente me vi declamando mi poema, gracias a Dios y a Pilar Vélez, poeta y escritora, presidenta de la Asociación Internacional de Poetas y Escritores Hispanos (AIPEH) de Miami.

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Entre cuentos y juguetes

Tiré la cuchara y dejé la cocina para trabajar como babysitter, cuidando niños, ganando por primera vez un salario fijo. Entre cuentos, juguetes y canciones infantiles me introduje sutilmente en el mágico mundo de los niños. El contacto con niños y niñas, me ayudó a sobrellevar lo que en ocasiones parecía ser, en vez de un sueño, una «pesadilla americana». Los cuentos en inglés me ayudaron a aprender el idioma con más facilidad y despertaron en mí la creatividad de escribir cuentos y acercarme a la literatura infantil.

Arqueros en el camino

«Los seres se buscan», me dijo un día mi padre, y lo comprobé cuando las poetas Martha Cecilia Ruiz y Vidaluz Meneses (qdep) me pusieron en contacto con la poeta Rubí Arana, quien estaba a cargo de publicar una antología de poetas nicaragüenses radicados en Estados Unidos, bajo el sello editorial del Centro de Jóvenes Escritores, que dirige Jimmy Obando. Los planes de Dios son perfectos y él te pone en el lugar exacto y el tiempo preciso.

Entré al corazón del círculo literario de Miami, mediante Arquero Luminoso, un homenaje a Rubén Darío, organizado por La Feria del libro de Miami, declamando el poema a Juan Ramón Jiménez. Arqueros, es el nombre de la siguiente actividad, organizada por la Feria del libro, Rubí Arana y el Arquitecto y poeta Danilo López, donde presento mi primer libro titulado: «En escala Richter», honrando de esta manera los poemas que viajaron conmigo.

Portada del poemario En Escala Richter, recientemente publicado en Miami.
* La autora es colaboradora de Ciudalatina, es escritora y periodista nicaragüense radicada en EEUU.
@VilmaDuarte20

4 comentarios sobre “Mi mochila, mis poemas y yo

  1. Gracias por tus comentarios mi estimada y querida amiga Patricia Orozco. Si que casi pierdo la pluma, pero tu hija vino a mi rescate. No sé, pero en el universo hay in click que nos conecta. Y sí…me acuerdo de mi cumbia para mi tierra…Chambacú. Espero que la volvamos a cantar y bailar un día.

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  2. Para mujerurbanablog: Gracias por tu comentario estimada amiga. Por un momento creí que mis lectores me habían olvidado. Gracias por leer mi crónica. Saludos y estamos conectadas en ciudalatina.

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